15/10/2012

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Artículo de opinión del presidente del CECOVA, José Antonio Ávila Olivares: Una reflexión sobre el paro de los titulados en Enfermería

En los últimos meses dos informes de reconocida solvencia han aportado datos reveladores de la situación de la Universidad —universitarios y universidades— en la España de hoy. De ambos estudios (Informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) y el de la Fundación BBVA), se infiere la necesidad de una planificación de la oferta universitaria acorde con la capacidad de inserción laboral que el mercado de trabajo ofrece a los nuevos graduados para cada una de las titulaciones. Y, en primer lugar, habrá que significar que esta planificación no la van a hacer ni las universidades, ni los estudiantes y sus familias. Las veintitrés universidades privadas porque no van a reducir matriculaciones en las carreras que sean más solicitadas, por razones obvias. Y las cincuenta y dos públicas, actuarán cada una de ellas en función de las coordenadas que establezcan sus órganos rectores, en base a la autonomía plena que la ley les concede. Imposible el autocontrol en tan heterogéneo ámbito. Sin embargo es de sentido común que hacer dejación en asunto tan capital, supondría una grave irresponsabilidad, por parte de quien tiene el deber de poner fin a los grandes dispendios que el Estado español no puede ni debe permitirse: el Gobierno de la Nación.

Con los datos que nos suministran los dos informes mencionados, podemos y debemos cuantificar el desfase entre la oferta de titulados egresados por año en nuestro país y el número de empleos que genera cada titulación universitaria, y sacar conclusiones.

En el caso específico de la Comunidad Valenciana, las cifras que maneja Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA) corroboran el desajuste a que venimos refiriéndonos. Así pues, el paro en el colectivo de enfermeras (25.000 profesionales en la actualidad) está creciendo a ritmo vertiginoso. La Enfermería ya no es la profesión con gran empleabilidad que era hace unos años. Ahora con la gran oferta de plazas para cursar estos estudios y las restricciones en las contrataciones, es urgente y necesario regular la oferta de plazas para estudiar Enfermería, realizando una adecuada planificación para ajustarlas a las posibilidades reales de empleo. Posibilidades reales que no implica que sean las que necesita nuestra sociedad actual, con tasas elevadas de envejecimiento y que precisa cada vez de mayores cuidados de enfermería, si bien es esta una cuestión a la que habría que dedicar un análisis más extenso y particularizado.

Desde el CECOVA, así como desde los Colegios de Enfermería de Alicante, Castellón y Valencia, se considera que las universidades, tanto públicas como privadas, deben tomar conciencia de la bolsa de desempleados que se está generando, y apelan por ello a la responsabilidad institucional de los centros universitarios para paliar la situación. En este sentido quieren recordar que 2012 ha sido el primer año que la bolsa de trabajo de la Conselleria de Sanidad, no se ha vaciado en verano por falta de ofertas de empleo, en cada una de las tres provincias de nuestra Comunidad.

Sin embargo, las facultades de Ciencias de la Salud y escuelas de Enfermería de las seis universidades públicas y privadas de la Comunitat Valenciana han ofertado un total de 1.420 plazas para cursar primero del Grado de Enfermería durante el presente curso, lo que supone un incremento del 9,2 por ciento, con 120 nuevas plazas respecto al curso 2011/2012, a pesar de la caída vertiginosa en la contratación de profesionales de Enfermería y del consiguiente incremento del número de parados.

La excesiva demanda para cursar Enfermería y la disponibilidad a pagar una alta cantidad de dinero para ello en las universidades privadas, caso de no obtener plaza en las públicas, no debe ser solo el argumento para seguir ampliando el número de plazas sin ningún mecanismo de regulación de la oferta. Tan elevado coste para conseguir la titulación de los alumnos que habrán de acabar forzosamente en las listas del paro o emigrando a otros países, convierten su “inversión” en un negocio ruinoso y frustrante. No solo para el individuo, condenado a la alternativa de la zozobra del desempleo, en España o a la emigración forzosa a los países extranjeros demandantes, pues en ambos casos, si la situación afecta negativa y gravemente al interesado, no es menor el coste social que causa gratificar a terceros países con enfermeras excelentemente formadas por el sistema universitario de la Comunitat Valenciana, sin haber asumido coste alguno para ello.

En la actual Oferta Publica de Empleo que está desarrollándose en la Comunidad Valenciana, la correspondiente a 2007, se han presentado 16.080 enfermeras/os, un 66% más que en la anterior convocatoria, en la que se presentaron 9.668 solicitudes. Un aumento alarmante que pone de manifiesto la precaria situación laboral de la enfermería valenciana.

Es evidente que se precisa poner freno a tan desfavorable y ruinosa situación que, en las actuales circunstancias, no nos podemos permitir. En este sentido, nos parece una exigencia reivindicar como indispensable una planificación que allane el desfase existente entre la oferta y la demanda laboral. Hay ajustes que es imprescindible acometer, con preferencia a otros menos gravosos y más antisociales, a los que sin embargo nuestras autoridades no prestan la mínima atención. ¿Desconocimiento? ¿Dejación? Es la hora de gestionar con sentido común y determinación, tras una correcta fijación de prioridades. Y ésta se acredita por sí sola como prioritaria.

Notas de Prensa