07/07/2022


Las residencias públicas de la Conselleria de Igualdad recurren a grupos de WhatsApp para buscar enfermeras/os ante la constante falta de profesionales

Las residencias públicas de la Conselleria de Igualdad recurren a grupos de WhatsApp para buscar enfermeras/os ante la constante falta de profesionales

Un escollo que, de momento, estos centros geriátricos han resuelto parcheando y echando mano de personal de refuerzo Covid (que sólo debería ceñirse a reforzar las necesidades surgidas por la pandemia). Sin embargo, estas/os profesionales están cubriendo vacantes estivales por falta de enfermeras/os y dejan a las residencias públicas sin refuerzos para poder ofrecer de forma adecuada los protocolos Covid de cada centro.

    La situación de falta de enfermeras/os para cubrir las vacaciones es generalizada en los hospitales y centros de salud de la Comunidad valenciana, pero es especialmente dramática en las residencias públicas de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas donde las propias profesionales piden ayuda para encontrar compañeras/os por todos los cauces, e incluso lanzando mensajes desesperados en grupos de WhatsApp.

    Desde el Colegio de Enfermería de Valencia estamos asistiendo estupefactos a una carrera desesperada de los centros y de sus gerencias para contratar enfermeras/os, utilizando para ello cualquier plataforma, algo inaudito hasta este momento. Esta falta de enfermeras/os además puede empujar a que se disparen los casos de intrusismo profesional, con el riesgo que eso conlleva.

    En toda la Comunidad Valencia existen 10 residencias públicas que dependen de la vicepresidenta primera del Consell, Aitana Mas, y en la mayoría se están encontrando problemas para hallar personal que cubra las vacaciones. En concreto, en Alicante hay cinco: RPMD Alacant, RPMD Mariola, RPMD Torrevieja, RPMD La Florida y RPMD Pintor Emilio Sala. En Castellón dos: RPMD Lledó y RPMD Borriana, y en Valencia tres: RPMD Aldaia, RPMD Carlet y RPMD Silla.

    Un escollo que, de momento, estos centros geriátricos han resuelto parcheando y echando mano de personal de refuerzo Covid (que sólo debería ceñirse a reforzar las necesidades surgidas por la pandemia). Sin embargo, estas/os profesionales están cubriendo vacantes estivales por falta de enfermeras/os y dejan a las residencias públicas sin refuerzos para poder ofrecer de forma adecuada los protocolos Covid de cada centro. Por si fuera poco, durante el periodo estival carecen del apoyo que se enviaba desde la Conselleria de Sanidad. Una contrariedad que se suma a la aparición de brotes de contagios, por lo que la carga de trabajo de las escasas enfermeras que dan servicio se multiplica.

    A estos inconvenientes se suma el hecho de que, en muchas residencias, sobre todo las pequeñas, hay puestos asistenciales que se consideran no sustituibles en vacaciones como médicos, fisioterapeutas o psicólogos. Es decir, estos profesionales directamente no se consideran sustituibles. Estar sin médico en la residencia, supone una sobrecarga de trabajo para Enfermería, que asume algunas funciones como trámites con farmacia, resultados de analíticas, etc. De igual modo, permanecer durante el verano sin fisioterapeuta deriva en un empeoramiento de la movilidad y aumento del riesgo de caídas, ya que en las personas mayores se evidencia la falta de ejercicio en su actividad diaria. En el caso de carecer de psicólogo, la Enfermería acaba asumiendo algunas funciones que serían de esta profesión.

    En el caso de los TCAE (Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería), a efectos reales, tampoco se sustituye todo su personal de vacaciones, haciendo que se cubran periodos a modo interno con los contratos Covid, no teniendo por tanto refuerzo de esta categoría durante el verano. Por tanto, Enfermería acaba ayudando en tareas como alimentación o cambio de pañales, por ejemplo, para que la atención a los residentes se resienta lo menos posible. Aunque, por supuesto, los más perjudicados son los residentes a quienes no se le puede ofrecer la atención necesaria de forma adecuada.

    Se debe tener presente que la presión asistencial ha empeorado durante los últimos años en los centros de mayores sin que se tomen medidas necesarias para solucionar la falta crónica de personal, pese a las constantes reclamaciones que se llevan haciendo desde el sector sociosanitario de Enfermería.

    El Colegio de Enfermería de Valencia ha constatado con enfermeras/os de estos centros de mayores dependientes que cada vez resulta más difícil encontrar personal para las residencias porque son muy pocos las/os profesionales que están dispuestas/os a trabajar en los centros dependientes de la Conselleria de igualdad y políticas inclusivas antes Bienestar Social por las pésimas condiciones laborales.

    Aunque el problema esencial es que las enfermeras de residencias, paradójicamente, carecen de la consideración de personal sanitario porque no pertenecen a la Conselleria de Sanidad. Estas enfermeras están adscritas a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Una circunstancia que supone peores condiciones laborales en aspectos profesionales, remuneración económica, formación, reconocimiento, desarrollo o movilidad.

    Las horas trabajadas de las enfermeras de residencia tampoco se valoran igual: El ejemplo es que mientras una hora nocturna en Sanidad se contabiliza como 1,25 horas a efectos de jornada laboral anual, a las enfermeras dependientes de Igualdad les cuentan las horas de las noches igual que las horas de día. Si se tiene en cuenta que trabajan de media una noche a la semana, al final del año han trabajado 130 horas más de jornada anual que las enfermeras de Sanidad.

    Todos estos agravios profesionales se producen porque la Conselleria de Igualdad ofrece unas condiciones de contratación diferentes a las de Sanidad, con menor flexibilidad y mayor burocracia. Un ejemplo se halla en la dificultad para sustituir días sueltos de asuntos propios, ingresos familiares, etcétera. De ahí que una gran parte de las jornadas laborales se realicen con servicios mínimos, con el desgaste físico y mental que conlleva. Según el perfil profesional, a veces tardan varios meses, incluso un año o más en contratar a alguien. Además, hay que añadir la burocracia de la Conselleria de Igualdad que genera que, en muchas ocasiones, los sustitutos tarden hasta 3 meses en empezar a cobrar su sueldo.

    Por otra parte, las enfermeras en los centros de mayores dependientes deben asumir un nivel de responsabilidad muy superior al que se tiene en cualquier centro sanitario. En la mayoría de los casos, por las tardes, noches y fines de semana, las enfermeras asumen la función de máximas responsables de la residencia, no únicamente de la salud de los residentes, sino de resolver cualquier tipo de incidencia: Desde la gestión de personal, hasta evacuar la residencia en caso de necesidad. Está responsabilidad ni está reconocida ni se compensa económicamente ni de cualquier otra forma.

    Por todo ello, ¿cómo piensa el Consell hacer frente al cambio generacional de enfermeras garantizando a la vez la prestación de cuidados? Y con mayor urgencia aún, ¿está garantizado cubrir el 100% de las vacaciones de las enfermeras este verano? Desde el Colegio de Enfermería de Valencia lo tenemos claro: es necesario de manera inaplazable la puesta en marcha y desarrollo de un Plan de Recursos Enfermeros que mejore las condiciones de las profesionales (en todos los ámbitos); que prevea y evite situaciones como las que se están viviendo este verano; que garantice el relevo generacional; y que ponga coto a los posibles casos de intrusismo.

Imagen: Varios mensajes que se han enviado en grupos de WhatsApp para buscar enfermeras/os para cubrir vacantes (fuente: COENV)

Notas de Prensa