Matronas: barrera de contención frente a la violencia de género

El abordaje de la violencia de género por parte de las matronas, como profesionales clave en la prevención, atención y cuidado de las mujeres.

Las matronas deben participar en la creación de políticas y protocolos en los entornos clínicos para guiar respuestas apropiadas a la violencia de género.

Independientemente del contexto, actualmente la magnitud de la violencia de género que viven las mujeres supera la experimentada por los hombres en cuanto a prevalencia y gravedad.

A nivel internacional, cerca de 736 millones de mujeres, lo que equivale a casi una de cada tres mujeres de 15 años o más, experimentan violencia física y/o sexual en algún momento de sus vidas, ya sea por parte de su pareja o de alguien ajeno a ella. Es importante señalar que esta cifra no incluye los casos de acoso sexual.

La Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, publicó en 2014, el informe “Violence against women: an EU-wide survey”, en el que informaba que el 10% de las mujeres había experimentado ciberacoso a partir de los 15 años. Entendiendo por ciberacoso la recepción de correos electrónicos o mensajes de texto no deseados, ofensivos y sexualmente explícitos, así como aproximaciones inapropiadas a través de las redes sociales. Más recientemente, en 2021, la ONU Mujeres, publicó el documento “Violence Against Women in the Online Space: Insights from Multi-Country Research in the Arab States”, en el que informaban que el 60% de las mujeres que utilizaron Internet en los Estados Árabes, habían experimentado violencia en línea en el año 2020.

Esta situación de violencia se agrava en casos de conflictos, situaciones adversas y catástrofes. Por ejemplo, en Etiopía, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, las familias, para afrontar las repercusiones de la sequía, han incrementado la costumbre de casar a niñas a cambio de ganado. Y en Nepal, un año después del terremoto de 2015, ha habido un gran aumento de los casos de trata de personas.

Todos estos ejemplos evidencian que, independientemente del contexto, actualmente la magnitud de la violencia de género que viven las mujeres supera la experimentada por los hombres en cuanto a prevalencia y gravedad.

En las últimas décadas, se han llevado a cabo esfuerzos coordinados con el fin de concienciar e involucrar a los responsables de desarrollar políticas y a los profesionales de la salud tanto a nivel nacional como internacional. Como resultado, numerosas naciones en todo el mundo han promulgado leyes para abordar la violencia de género, aunque la implementación efectiva de dichas leyes continúa siendo un desafío. La falta de aplicación de estas leyes crea la percepción de que el comportamiento violento e ilegal, especialmente hacia mujeres y niñas, por parte de los hombres, es tolerable y aceptable. Para abordar este problema generalizado, se requiere una modificación de las normas sociales y culturales que respaldan y aprueban la violencia contra las mujeres. Por ello, se insta a la movilización de todas las personas en todos los estratos de la sociedad con el fin de prevenir la violencia contra las mujeres.

Anualmente, la iniciativa UNITE de las Naciones Unidas, aborda un tema en particular, siendo este año, “UNITE! Invest to prevent violence against women and girls”. Esta campaña anima a todos ciudadanos a mostrar su compromiso con la eliminación de esta violencia, compartiendo las medidas que estén implementando, para construir un mundo sin violencia hacia las mujeres y las niñas. La campaña de este año también insta a los gobiernos de todo el mundo a identificar la brecha normativa, asegurar el cumplimiento de las leyes e invertir en la prevención de la violencia de género mediante la sensibilización pública y la capacitación del personal encargado de hacer cumplir la ley.

Cabe destacar la relevancia de los profesionales de la salud, en particular de las matronas, en la persistente batalla contra la violencia de género. Las matronas tienen la capacidad de desempeñar un papel central y multifacético al abordar esta cuestión, asumiendo diversas responsabilidades y ofreciendo diversas formas de contribución. Esto es especialmente relevante dado que a menudo son el primer y principal contacto para las víctimas de violencia de género. No olvidemos que las matronas ocupan una posición estratégica para detectar posibles indicios de abuso, para llevar a cabo una comunicación sensible y empática, y para establecer un entorno seguro y libre de prejuicios donde las víctimas se sientan cómodas compartiendo los detalles del incidente con los profesionales de la salud y con otras posibles personas que puedan ayudarle. De ahí la importancia de que este primer contacto se realice adecuadamente.

Intervenciones clínicas

Como profesionales en la primera línea de atención, las matronas desempeñan un papel crucial al ofrecer a las víctimas supervivientes de la violencia, atención y apoyo esenciales que abordan tanto las dimensiones físicas como psicológicas de la asistencia. Una vez que se han cubierto las necesidades médicas inmediatas de la víctima superviviente, las matronas pueden proporcionar un respaldo emocional adecuado, brindar tranquilidad y ofrecer protección si es necesario. Asimismo, pueden colaborar en coordinar derivaciones a servicios especializados, como de asesoramiento y asistencia legal y jurídica.

Las matronas también desempeñan un papel esencial en ayudar a las víctimas supervivientes a obtener justicia. Las matronas deben ser minuciosas al documentar la cadena de pruebas forenses y asegurar la calidad de las muestras que podrían identificar a los responsables. Esto incluye registrar las declaraciones de la víctima y cuándo fueron hechas, así como los testimonios de los testigos y sus detalles. Una documentación precisa y exhaustiva garantiza que las victimas supervivientes reciban una atención apropiada y consistente, siendo esto esencial para posibles acciones legales y el eventual enjuiciamiento de los responsables.

Intervenciones educativas

Además de sus responsabilidades clínicas, las matronas, en su papel de educadoras, se encuentran en una posición estratégica para sensibilizar sobre la prevalencia y las consecuencias de la violencia de género en los entornos de atención médica y en la comunidad en general. Esta concienciación es crucial para alentar a las sobrevivientes a buscar la ayuda necesaria y para reducir la confusión, el miedo y el estigma asociados.

Intervenciones investigadoras

Y desde el ámbito de la investigación, las matronas pueden estudiar patrones y evaluar el impacto de la violencia de género, proporcionando datos esenciales que respalden el desarrollo de políticas basadas en la evidencia y la implementación de programas eficaces.

Intervenciones gestoras

Las matronas deben participar en la creación de políticas y protocolos en los entornos clínicos para guiar respuestas apropiadas a la violencia de género. Basándose en sus experiencias y conocimientos, las matronas aseguran que las políticas organizativas sean completas y prácticas, abordando aspectos como la detección, identificación, documentación, derivación, apoyo y/o protección continuos a las supervivientes. Las matronas están activamente involucradas en la creación y revisión de políticas, utilizando sus experiencias clínicas y organizativas para garantizar que las regulaciones y directrices sean factibles, actualizadas y apropiadamente prácticas.

Es posible crear un mundo en el que las mujeres y las niñas puedan vivir sin miedo y libres de violencia. Pero para ello debemos actuar ahora todas las matronas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Texto elaborado por la Comisión para la Humanización en la Lactancia y el Nacimiento del CECOVA.

Imagen: Cartel del Ministerio de Igualdad del 25 N, como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Notas de Prensa

24/11/2023