14/11/2008

Diabetes: cuando los niños son los afectados

14.11.08 | 18:05 h. CORAL LARROSA
Se calcula que hay casi tres millones y medio de personas afectadas de Diabetes en España; casi un millón no lo saben y alrededor de 100.000 son menores. Gran parte de estos diabéticos, niños y adolescentes, tienen el tipo I, la enfermedad de orígen inmunológico (relacionada con la herencia) que obliga a inyectarse la dosis de insulina que el organismo no produce y, fundamental para vivir.Pero cada vez más aumentan los casos de Diabetes tipo II (no insulinodependiente) en menores por culpa del sobrepeso o la obesidad; problemas derivados de un estilo de vida poco saludable: dieta no equilibrada y falta de ejercicio. De ahí que los expertos alerten sobre la necesidad de prevenir un tipo de la enfermedad crónica que es más propia de adultos y que no debe considerarse banal.

Cuando la Diabetes sorprende a bebés o niños, la situación es un golpe duro para los padres y también para los afectados. Ocho a diez inyecciones diarias de insulina; otros tantos pinchazos den las yemas de los dedos para hacer el control de la glucosa; noches de guardia para vigilar hiper o hipoglucemias; atención constante. Y cuando los niños van al colegio, los padres acuden a clase con ellos, o casi. La falta de un o una enfermero/a en los centros escolares que vigile al niño diabético, obliga a los padres a hacer los controles al menos tres veces en una mañana, si las clases son en jornada matinal. De ahí la reivindicación de los padres de niños afectados de Diabetes: que los centros escolares tengan un profesional de Enfermería que esté atento a los posibles síntomas de la enfermedad de sus hijos que, de no identificarse, pueden llevar a un niño de corta edad a urgencias.

En el vídeo de Informativos Telecinco mostramos el día a día de Africa, una niña de 3 años, diabética desde los 11 meses y de Irene, de 12, que se enfrenta a su enfermedad desde los 6 años. Ambas conviven con una bomba de insulina, un pequeño dispositivo y sofisticador ordenador que, programado, se encarga automáticamente de porporcionarles la insulina que necesitan en cada momento. No ha sido fácil que lo consiguieran, sobre todo en el caso de Irene: no todos los médicos, ni centros sanitarios están por la indicación de este dispositivo. Y las razones no son médicas.

Notas de Prensa