CECOVA envía a la Conselleria de Sanidad un decálogo de propuestas para aliviar la presión asistencial que viven los hospitales de la Comunidad Valenciana por la pandemia de Covid-19
Proponen aprovechar a los alumnos de las facultades y Escuelas de Enfermería de último curso, que deberían estar realizando sus prácticas, para las tareas supervisadas por enfermeras de los distintos servicios y aliviar la presión asistencial y la baja ratio de profesionales.
Se plantea también activar ofertas públicas de empleo más ágiles, realizar traslados puntuales de áreas con menos actividad a otras que se encuentran colapsadas por falta de personal, o pagar horas extra a los profesionales (públicos o privados) interesados.
Otra medida pasa por contratar a más (TCAE) como personal de refuerzo en los servicios más saturados para colaborar en las tareas de cuidados que realizan las enfermeras.
El Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (CECOVA) ha redactado un decálogo de medidas para contribuir a resolver la actual congestión hospitalaria y se lo ha enviado a la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, con la intención de ayudar y proponer ideas que puedan aliviar la dramática situación que se vive en los hospitales de la Comunidad Valenciana.
El presidente del CECOVA, Juan José Tirado, explica que se trata de “una batería de propuestas que pueden fortalecer el maltrecho sistema sanitario debido a la pandemia de la Covid-19” y cuyo único objetivo es “dar servicio a la sociedad mediante la experiencia y la formación en cuidados de nuestro colectivo profesional que ronda las 30.000 enfermeras”.
Ante la merma sistemática de las plantillas “consideramos que se trata de medidas que pueden ayudar a resolver una buena parte del endémico déficit de personal”, según Juan José Tirado, quien indica que la única aspiración del decálogo pasa por “seguir cuidando al 100% a nuestros pacientes y el hecho de no poder hacerlo, como ocurre en estas circunstancias, es lo que más nos duele. Por eso ofrecemos nuestra ayuda para mejorar la gestión sanitaria”.
DECÁLOGO DE MEDIDAS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN SANITARIA:
1) La saturación de los hospitales y la carencia de profesionales se deben principalmente a la baja ratio de enfermeras que hay en la Comunidad Valenciana. La ‘Ratio-Enfermera’ por 100.000 habitantes en Europa es de 852 profesionales, mientras que en la Comunidad Valenciana apenas llega a 520 profesionales.
Por ello, en cuanto se pueda, la Administración sanitaria debe retomar la contratación por medio de unas OPES (ofertas públicas de empleo) más ágiles para evitar la interinidad que acusamos en esta Comunidad y replantear, una vez más, el bajo ratio que sufrimos de profesionales de Enfermería.
2) También proponemos revisar y agilizar los traslados puntuales y la redistribución de enfermeras de servicios no saturados a unidades de Covid-19 que, ahora, están faltas de personal.
Sobre esta cuestión solicitamos que se agilicen los procesos burocráticos de contratación que actualmente frenan la dotación de las plantillas con los recursos humanos necesarios. Un ejemplo flagrante es la contratación de más Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) como personal de refuerzo en los servicios más saturados para colaborar en las tareas de cuidados que realizan las enfermeras. La falta de coordinación entre las consellerias de Hacienda, que debe adjudicar el presupuesto, y de Sanidad, que debe ejecutarlo, ha provocado que finalmente estas plazas de refuerzo de TCAEs se hayan quedado, en la mayoría de casos, sin ampliación.
3) Otra fórmula que podría resolver la falta de personal se basaría en el pago de horas extra, tanto a profesionales contratados como a otros profesionales que trabajen en clínicas privadas o no ejercientes y que quieran colaborar en estos momentos de pandemia. Estas contrataciones podrían gestionarse a través de una bolsa de trabajo en la que realizarían su inscripción.
4) Aprovechar a los alumnos de las facultades y Escuelas de Enfermería de cuarto curso, que en estos momentos deberían estar realizando sus prácticas (siempre monitorizadas), para las tareas supervisadas por enfermeras de los distintos servicios y aliviar la presión asistencial y la baja ratio de profesionales.
Estos alumnos del último curso se beneficiarían de la realización de las prácticas (paralizadas por la pandemia), y su actividad (siempre supervisada) servirá para atenuar la sobrecarga en materia de cuidados que se vive en los hospitales. Unas prácticas que se llevarían a cabo conforme a los convenios vigentes con las distintas universidades valencianas.
Huelga decir que los estudiantes que realicen estas prácticas deberán disponer de todas las garantías de protección como el resto de profesionales que atienden a los pacientes. Nos referimos a las vacunaciones y a los equipos de protección adecuados a su nivel de exposición al contagio Covid-19.
5) Es importante abordar de forma urgente una redistribución del personal enfermero contratado por Covid-19 y que actualmente está ubicado en salas que no requieren de experiencia en manejo de monitorización. Estos trabajadores que demuestran conocimientos o experiencia en Cuidados Intensivos (UCI), Reanimación (REA) o Urgencias pueden ser enviados a todos estos servicios que, actualmente, están desbordados y precisan más recursos humanos.
6) Otra idea para optimizar el sistema sanitario pasaría por la utilización de los rastreadores (que por el alto volumen de contagios actuales carecen de efectividad) para realizar labores administrativas y siempre supervisadas por enfermeras. Especialmente, en las tareas de vacunación que requieren agilidad y control (podían usar lectores de códigos de barras), pero también podrían cubrir las necesidades administrativas en otros contextos clínicos.
7) En el momento que se disponga de las suficientes dosis para realizar una vacunación masiva, se debería echar mano de los profesionales voluntarios jubilados que ya se han ofrecido para este fin. Desde el CECOVA se dispone de un listado de casi 400 enfermeras jubiladas y sin actividad (hasta 70 años) que se prestan a vacunar de forma altruista. Incluso prevemos que en unos días se llegará a la considerable cifra de 600 enfermeras voluntarias.
8) Los estudiantes de cuarto de grado de Enfermería también pueden destinarse a reforzar tareas clínicas como la supervisión tras la vacunación. Los estudiantes deberían comprobar cuestiones como la aparición de efectos adversos y contraindicaciones. De hecho, estos alumnos ya hacen prácticas en hospitales de forma habitual que les sirven para desarrollar con más soltura su futura profesión.
9) En el caso de las residencias, en breve, sus internos deberían disponer de una inmunidad considerable debido a que la mayoría de ellos han sido vacunados. Una situación que genera menos riesgo frente a los contagios. Por ello, todos los alumnos de grado de Enfermería podrían ayudar reforzando los cuidados que requieren nuestros mayores con la realización de las prácticas en los centros de la tercera edad.
10) Debe implantarse un nuevo sistema de bolsa de trabajo para que la contratación de profesionales se realice por áreas de conocimiento. Un procedimiento que evite desaprovechar la formación y experiencia en las distintas áreas específicas. Ofertar plazas generalistas para tareas concretas supone una disfunción en el sistema que no ajusta los profesionales a las necesidades reales de personal.
Notas de Prensa